Quisiera hablar sobre las inflaciones espirituales del ego, o ilusiones egocéntricas de grandeza espiritual, describiendo sus dinámicas principales y dando algunos ejemplos que sirvan para demostrar cómo podemos identificar esas dinámicas en una carta natal. Se trata de un tipo de experiencia que muchas Almas pueden crear al alcanzar un cierto nivel de avance evolutivo, específicamente la segunda subetapa de la condición evolutiva Espiritual. Si alguien necesita estudiar o leer previamente cuáles son en general las etapas y subetapas evolutivas naturales, le sugiero que lea este artículo de Jeff Green ‘La Esencia de la Astrología Evolutiva’, en este link:

http://schoolofevolutionaryastrology.com/school/espanol/la-esencia-de-la-astrologia-evolutiva.

Lo que sucede es lo siguiente: desde el comienzo de la primera subetapa Espiritual, o incluso desde la última parte o los últimos dos tercios de la condición Individuada las Almas comienzan a buscar sistemas de creencias de naturaleza espiritual que integran o se conectan con tipos de prácticas de meditación. Esto se basa en deseos que existen en esas Almas de conocer la Fuente de todas las cosas, que es la fuente interior de la conciencia individual de cada persona. Al comienzo de la primera subetapa espiritual generalmente las Almas buscan y prueban con varios sistemas, y en algún punto comienzan a alinearse con un sistema y a practicar regularmente. Eso ocurre a lo largo de muchas vidas. En cierto punto, los sostenidos esfuerzos y miles de horas acumuladas de meditación comienzan a dar sus frutos más sabrosos: el individuo comienza a tener las primeras experiencias de conciencia no-duales o de conciencia cósmica, también llamadas ‘samadhi’. En esas experiencias la conciencia individual se desplaza desde el ego hacia el Alma y la Fuente del Alma – o fuente o raíz de la conciencia. Cuando esas experiencias comienzan a producirse de forma más frecuente ocurre la transición a la segunda subetapa espiritual, en la que el Alma experimenta otras formas de samadhi en la expansión de conciencia que está actualizándose en esa subetapa evolutiva.

Existe el potencial arquetípico durante la segunda subetapa Espiritual – e incluso desde la última parte de la primera subetapa en algunos casos – de que el individuo crea que está más evolucionado de lo que está realmente, y que cree ilusiones de grandeza espiritual o intoxicaciones espirituales del ego.
Estas precisiones sobre las etapas y subetapas son necesarias desde el punto de vista de la AE, porque existen dinámicas que sólo ocurren y son arquetípicas de etapas o estadios naturales que todas las Almas atraviesan en su viaje. Cualquiera puede observar que no todas las personas están igualmente evolucionadas. Por ejemplo, Trump y Bernie Sanders. Trump es parte del consenso social de su sociedad y Sanders representa ideales y valores Individuados. Ese tipo de diferencia está en pie porque un Alma ha avanzado o recorrido más que la otra, por las razones que sean, incluyendo el simple hecho de que no todas las conciencias individuales son creadas al mismo tiempo, y en consecuencia algunas Almas han vivido muchas más vidas que otras. En algún punto, a su debido tiempo, tras millares de encarnaciones, cada Alma completará su propio viaje de regreso a casa.

El punto aquí es que cada conciencia individual o Alma atraviesa en su viaje por diversas etapas sucesivas de desarrollo o evolución que están definidas por dinámicas arquetípicas propias. Es necesario determinar, a través de observación, en qué etapa evolutiva se encuentra el cliente, a fin de poder interpretar correctamente los símbolos de la carta natal, de una manera que refleje la realidad de esa persona, en vez de una realidad proyectada. Cuando un cliente se encuentra en una condición evolutiva individuada, la evolución de su Alma está centrada en descubrir su propia individualidad única a través de liberarse de formas de ser del consenso y de todo tipo de ‘creencias’ que lo han condicionado en el pasado. Estas Almas no están buscando conocer directamente al Espíritu – eso ocurrirá más adelante, sólo después de que el individuo descubra y libere su propia individualidad lograda – Urano – lo cual coincide con el descubrimiento del universo interior, los primeros vistazos. En ese punto el individuo ha comenzado a necesitar, para situar la propia experiencia, referentes que están más allá de la cultura y las culturas en el planeta: referentes cósmicos, intemporales o eternos. Así se produce la transición a la condición evolutiva espiritual donde se manifiestan inicialmente los buscadores espirituales, y más adelante comienzan a ocurrir las experiencias de conciencia cósmica, y con ello, la transición a la segunda subetapa.

Aquí es donde ocurren arquetípicamente, frecuentemente aunque no necesariamente en todos los casos, las intoxicaciones espirituales del ego, que pueden tener manifestaciones de distinto tipo y grado. Estas ocurren debido a que en los samadhi se desplaza el centro de gravedad de la conciencia desde el ego al Alma. Sin embargo, luego el centro de gravedad la conciencia del individuo necesita naturalmente retornar al ego. Según enseña la AE, el problema aquí es que en esa etapa no se ha producido aún una real purificación del ego. El centro de gravedad de la conciencia rebota desde la conciencia cósmica a la conciencia del ego, y el ego por sus propias razones confunde una y otra, y valoriza delusoriamente los deseos que existen a nivel de su ego. Típicamente creen en ese punto tener más realización espiritual que la que tienen, o ser la encarnación de algún ser muy evolucionado y especial. Algunos creen estar en alguna de sus últimas encarnaciones, y otras cosas por el estilo. En algún punto, en alguna vida, el globo de inflación del ego debe ser pinchado, y estos individuos típicamente experimentan ‘caídas’ desde posiciones de autoridad espiritual, y diversas crisis muy intensas, las cuales tienen la intención de humillar al ego. Sólo una vez que el ego es humillado y se vuelve totalmente honesto, esas Almas se alinean de vuelta con su Fuente, y se produce la transición a la tercera subetapa Espiritual. Según estas enseñanzas de la Astrología Evolutiva – la cual proviene de Yukteswar el Guru de Yogananda – sólo ahora se produce el último tipo de samadhi, y el centro de gravedad de la conciencia se desplaza definitivamente del ego al Alma. Es en ese nivel de desarrollo evolutivo que se manifiestan los verdaderos Maestros espirituales y los Gurúes, no antes. Aquí las Almas están trabajado aceleradamente, y sin vuelta atrás, en la eliminación de las impurezas que siguen existiendo en sus Almas o en los egos. Esas Almas aparecen como verdaderos gurúes, y evolucionan hasta convertirse en Avatares.

Comprender las etapas y subetapas evolutivas nos permite entender qué son las inflaciones espirituales del ego como fenómeno específico. Personas en otros estados evolutivos pueden manifestar dinámicas de inflación del ego – si es necesario podremos también dar ejemplos de esos casos – pero la naturaleza del fenómeno es distinta y hay dinámicas específicas que tomar en cuenta. Reitero, los delirios de grandeza espiritual se producen en la segunda subetapa de la condición Espiritual, y pueden manifestarse desde la última parte de la primera subetapa. La condición evolutiva Espiritual en total es de la naturaleza de Neptuno. La segunda subetapa de ella, también es de la naturaleza de Leo.

Se trata de individuos que están en una situación en la cual confunden aspectos de su propio ego, o deseos existentes a nivel del ego, con lo divinidad interior, o con la voluntad de Dios. Debido a que se trata de Almas avanzadas espiritualmente, algunos de estos individuos pueden tener algunas capacidades especiales desarrolladas o siddhis, y utilizarlos de formas delusorias o egocentradas. Algunos elegirán delusoriamente desarrollar esos poderes, en vez de enfocarse en conocerse a sí mismos y conocer al Espíritu del que proviene todo poder. También es frecuente que crean tener ciertos poderes o capacidades especiales en un nivel que en realidad no tienen. De aquí se derivan una serie de dinámicas posibles. Por ejemplo, algunos de estos individuos se presentan a sí mismos como Maestros, y en algunos casos atraen seguidores o discípulos, a quienes entregan enseñanzas no realizadas o verificadas experiencialmente, o directamente falsas o que mezclan verdades con mentiras. Dependiendo de las dinámicas no resueltas a nivel del ego, cada falso maestro creará sus propias distorsiones. Por sus propias razones, seguidores o discípulos se verán atraídos hacia tales personajes – en parte importante debido a que estarán buscando verdaderas enseñanzas espirituales – y en algún punto, necesariamente experimentarán distintos tipos de crisis y decepción o desilusión.

Hay que señalar que la probabilidad de ese tipo de experiencias es dependiente de las condiciones de integración y auto-conocimiento emocional del individuo. Son carencias y experiencias de daño emocional profundo, con el impacto que estas han tenido en la auto-imagen o ego del individuo – Luna – las que muchas veces van a condicionar una respuesta egocéntrica que de alguna manera acomode o compense el dolor, la inseguridad emocional no resuelta o las fallas o imperfecciones percibidas del individuo. En tiempos patriarcales como estos, y las prácticas de crianza masivamente en uso desde hace 8500 años, es evidente que muchas Almas pueden estar predispuestas a crear ese tipo de experiencia al llegar a esa etapa de su viaje individual. En términos arquetípicos esto se basa en que la inseguridad emocional y el dolor emocional en el entorno temprano son experiencias que de hecho intensifican la experiencia de ser separado – Marte – en comparación con la experiencia de acogimiento, protección y nutrición intrínseca en la experiencia biológica natural del bebé y el niño con la madre – Luna – que es una situación de conexión, de unión e integración a todo nivel. Por esto es que los modelos de crianza patriarcales, represivos, autoritarios, castigadores, moralistas, basados en la exigencia, etc.  – Saturno – han tenido un impacto directo en crear tipos de egos inseguros, dañados, etc., lo cual puede alimentar los deseos de separación que se manifiestan a través del ego, y así crear un tipo de ego que a través de ciertas dinámicas se siente más especial, distinto, o separado que lo que es realmente.

Hay que decir también que no todos los individuos que crean una inflación espiritual del ego son iguales. Hay casos y casos, y manifestaciones más groseras a veces y manifestaciones más sutiles en otros casos, o más o menos peligrosas, etc.  Ejemplos típicos de individuos en esa situación son Osho Rajneesh, Elizabeth Claire Prophet, Ramtha, ZZ knight, Rasputín. En Chile un caso reciente fue muy notorio por lo espantoso, el de ‘Antares de la Luz’.

A fin de identificar estas dinámicas, y sus tipos de manifestaciones en cada caso, a través de la carta natal, nos enfocaremos en los siguientes símbolos:

* Neptuno, la Casa XII, Piscis, incluyendo los Nodos de Neptuno, es decir,

* El Nodo Sur de Neptuno que está colectivamente en Acuario, y la posición de Urano, su planeta regente. Esto se correlaciona directamente con las raíces originales y memorias de la espiritualidad natural en los tiempos antiguos; a la vez, se correlaciona con las dinámicas de liberación respecto a los contenidos del inconsciente colectivo, doctrinas y creencias de naturaleza ilusoria.

* El Nodo Norte de Neptuno en Leo, con la posición de su regente, el Sol. El Nodo Norte de Neptuno en Leo se correlaciona en este contexto con la auto-actualización de tipo espiritual que necesita tener lugar, por un lado, y por el otro lado con la intensidad concentrada del sentimiento ilusorio de ser especial, importante o superior.

* También por supuesto es necesario observar por lo ya dicho la estructura del ego: la Luna, Cáncer y la Casa IV, los Nodos Lunares con sus regentes y planetas que forman aspecto al eje de estos Nodos, las Casas y Signos de estos y sus aspectos con otros planetas, etc., y Saturno, Capricornio, la Casa X.

* Plutón por supuesto, porque Plutón – el Alma – es la base de la carta natal, al reflejar los tipos de deseos de fondo que existen en cada Alma individual, y que están en la base de todas las experiencias que cada Alma crea.

También dentro de este tópico hablaremos sobre el papel de Mercurio en relación con las dinámicas de inflación del ego, desde dos perspectivas. Por un lado, una dinámica típica cuando existe una inflación del ego es que el individuo confunda entre el conocimiento realizado o experiencial que posee, con mera información recogida de distintas fuentes que puede ser relativamente verdadera o correcta o totalmente artificiosa, errónea o falsa. Algunos de estos individuos confunden sus propios pensamientos emanados del ego, de pensamientos emanados del Alma o mensajes provenientes de otras fuentes. Por otro lado, es relevante poder determinar los tipos de información, y las forma de encontrarla, que pueden ayudar al Alma a resolver la inflación espiritual del ego y realinear al individuo con sus intenciones evolutivas de fondo. Esto se basa en que Mercurio es el regente natural de Virgo y de Géminis, que está en oposición y cuadratura natural con Piscis, y con Sagitario, y tiene así la función de discriminar entre lo real y lo ilusorio, lo falso y verdadero, lo actualmente realizado y lo meramente intelectual. Mercurio es también el regente planetario del Nodo Norte de Urano que se encuentra colectivamente en Géminis en cada carta natal, siendo Urano por su parte el regente del Nodo Sur de Neptuno en Acuario. Esto implica que la función de Mercurio ha de servir a la liberación del individuo respecto a todo tipo de ilusiones y falsas creencias que son parte del inconsciente colectivo, a fin de permitir la realización de lo que es real.

Hay que señalar que no basta que exista tal o cual signatura de planetas o símbolos en la carta natal para determinar que existe una inflación espiritual del ego, sino que también es necesario, como en cualquier astrología seria, correlacionar esos símbolos con la realidad observada del individuo, reflejo de las decisiones que su Alma ha tomado en la vida presente, relativas a las dinámicas y orientaciones pre-existentes.

(… continuará …)

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